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Los creadores del restaurante Hevia amplían su concepto con la apertura en Madrid de Martín Tostón (Castelló, 112), un espacio que recupera la esencia de los colmados tradicionales y se adapta a las necesidades actuales con una propuesta gastronómica versátil que abarca todos los momentos del día. Se trata de un local que fusiona la experiencia de bar y restaurante con la posibilidad de adquirir productos gourmet, desde chacinas y embutidos ibéricos hasta laterío y vinos seleccionados, en un local de aire clásico.
Con una cocina continua que comienza a las 9.00 horas y se extiende hasta las 23.00 horas, su carta acompaña al cliente en todos los momentos del día. Desayunos, aperitivos, comidas y cenas conviven en una propuesta que recupera el estilo de ‘despacho tradicional’. Por la mañana alternan las tostadas con aceite de oliva y tomate, churros, porras y croissants recién hechos, con opciones como pan con tomate y jamón o sándwiches mixtos. Al mediodía, el reloj marca la hora del aperitivo y toman protagonismo las chacinas —embutidos ibéricos de Arturo Sánchez—, el laterío —una selección de las mejores latas nacionales, como mejillones, berberechos, navajas, zamburiñas, almejas o ventresca de bonito— y las elaboraciones tradicionales, como las gildas, los torreznos, el salpicón de gambas o la ensaladilla rusa.
El espacio que recupera la esencia de los colmados tradicionales y se adapta a las necesidades actuales con una propuesta gastronómica versátil que abarca todos los momentos del día
En la carta también hay lugar para platillos más elaborados y contundentes, pensados para la comida o la cena, como los callos, el rabo de toro, las albóndigas, los chipirones en salsa o el tartar de atún rojo; elaboraciones con el sello inconfundible de Hevia. Siguiendo el estilo de compartir y picar, aunque menos contundentes, recetas como el hojaldre de sardina ahumada con ajo blanco, los puerros confitados con salsa de espárrago o el brioche de carrillera ibérica, entre otros. Para acompañar la experiencia gastronómica, una cuidada selección de vinos con referencias nacionales e internacionales.
El espacio está concebido para conectar con los visitantes de manera emocional y funcional; les ofrece una atmósfera que invita a descubrir, disfrutar y llevarse a casa un pedazo de la experiencia. El local recupera la esencia de los antiguos colmados, no solo en su concepto, sino también en su diseño. Materiales nobles como madera, mármol y ladrillo visto crean un entorno que transmite autenticidad y calidez.
En el corazón del local, un expositor cuidadosamente presentado permite a los clientes adquirir, para llevar a sus casas, productos seleccionados como chacinas, quesos y embutidos. También cuenta con una estantería dedicada a productos gourmet como vinos, salsas, laterío y conservas que se pueden adquirir tanto para consumir en el local como para llevar.
El espacio está diseñado para ofrecer experiencias que se adapten a distintos momentos y necesidades del día. Dividido en dos plantas, cada nivel presenta una atmósfera propia que complementa la oferta gastronómica. La planta superior, con sus mesas altas y un ambiente distendido, es ideal para un consumo más espontáneo e informal. Por otro lado, la planta inferior se distingue por su carácter más íntimo. En este espacio, las mesas bajas y el bar integrado crean un entorno que invita a disfrutar de su carta de platillos más elaborados en veladas más pausadas y formales.