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Carmela Martí Decoración presenta unos consejos para vestir las mesas según la identidad de cada establecimiento. El punto de partida es qué tipo de comida se va a ofrecer, así como cuál es la naturaleza de los comensales. Por tanto, las mantelerías deben ser adaptadas a la temática gastronómica, por ejemplo, si es asiática, italiana, americana o mediterránea. Además, hay que tener en cuenta que las mesas se visten de manera diferente en función del tipo de establecimiento y de los clientes que recibe. Por ejemplo, si las comidas de negocios son la tónica más habitual, la mantelería consiste en tonos neutros, acompañada de elementos sencillos. Por eso, se suele distinguir entre mesas formales o informales.
La mesa debe estar bien vestida, por lo que el mantel es la pieza fundamental. Ha de llegar hasta el suelo, cubriendo por igual todos los lados. La recomendación de la compañía es añadir un cubremantel, que es el elemento textil que aporta el toque de diseño, por ejemplo, en cuanto a discretos estampados. Los colores deben ser claros y naturales para dejar el protagonismo a los propios comensales.
En mesas informales, igualmente se cuidan los detalles, si bien en este caso se puede optar por mantelerías más sofisticadas o caminos de mesa para decorar el centro de la mesa junto con manteles individuales para cada persona.
Una vez que se conoce la temática y el tipo de reuniones más comunes, escogemos cuál es el textil que mejor se adapta, para después comenzar a seleccionar el resto de elementos. Por ejemplo, si los textiles de mesa están diseñados con estampados de colores muy vivos o sinuosos, las vajillas, cuberterías y piezas decorativas deben ser sencillas. Y viceversa, si es un mantel liso con colores nude, se puede optar por elementos más barrocos.
El material empleado en las mantelería de los restaurantes debe ser poliéster 100%. Se trata de textiles resistentes, que mantienen sus cualidades lavado tras lavado. Además, su apariencia sigue siendo natural o de lino, por lo que el resultado sigue siendo igual de confortable para el cliente.
Además, una de las tendencias en alza consiste en jugar con diferentes texturas y estampados para transmitir aquello que está más acorde con la estética del establecimiento (minimalista o más atrevido). Aquí los manteles individuales, por ejemplo, ayudan a diferenciar esas texturas e, incluso, a aportar más color.
Los textiles pueden personalizarse para que la idiosincrasia del restaurante quede reflejada. Personalizar se ha convertido en la clave para hacer redonda la experiencia de los comensales en torno a una mesa bien vestida.