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La Duquesita vuelve a abrir en el centro de Madrid y comienza nueva etapa de la mano del repostero Oriol Balaguer. Abierta en 1914 y cerrada el pasado mes de junio, tras la jubilación de Luis Santamaría, tercera generación de reposteros, Balaguer se hace cargo del establecimiento con el fin de conservar la tradición, la historia centenaria del establecimiento y sobre todo, la calidad del producto.
El repostero diseñará una carta exclusiva para La Duquesita que apostará por “la pasión y creatividad” para ofrecer una repostería “artesanal, tradicional y de máxima calidad”. En La Duquesita, Oriol Balaguer, reconocido por la creatividad e innovación de sus chocolates y postres, plasmará su concepto gastronómico orientado, en este caso, hacia los sabores tradicionales.
Así, su carta incluirá referencias como el ponche, la tarta de limón, la lionesa, los piononos, las milhojas, la Selva Negra o las palmeras de chocolate, pero La Duquesita ofrecerá nuevos postres creados por Balaguer como la Tarta Duquesita, con cuatro texturas de chocolate y un 70% de cacao grand cru; la Tarta Carlota, un bizcocho de almendra, compota de fresa y espumoso de vainilla; la Tarta Tradición, un cremoso de bombón y espuma de lima; o el Postre Ópera, de vainilla, chocolate y café.
El chocolate será uno de los protagonistas de la nueva Duquesita y, además de los postres, Oriol Balaguer trabajará nuevos sabores para sus bombones (anís, frambuesa, vainilla, naranja y barquillo crujiente). En la Duquesita de Fernando VI podrán degustarse también algunas referencias de la repostería de Balaguer como sus croissants, reconocidos en 2014 como el mejor croissant artesano de España, el roscón de reyes o sus panettones de chocolate, frutas o Gianduja con castañas.
La Duquesita, un espacio histórico protegido por Patrimonio, se ha restaurado con el propósito de recuperar sus elementos originarios y distintivos. Con este objetivo, la fachada ha conservado el grabado central en el que se explicaba cuáles eran los productos típicos de la tienda, bombones y caramelos finos, y en el interior se han restaurado maderas, espejos, mostradores, vitrinas laterales y la gran lámpara central. El espacio, ampliado ligeramente para ofrecer pasteles, repostería y barra de degustación, sigue presidido por la figura de alabastro de La Duquesita, que da nombre a la tienda, a la marca y a una pastelería centenaria.