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La propuesta de Carlos Martínez Interiors para el restaurante la taberna gallega de Marcos en Barcelona es sumergir al comensal en un ambiente de mar, donde el pescado es el eje principal de la gastronomía y del espacio. La playa gallega, con sus azules del fondo marino y el tostado de la arena sirven de inspiración.
El espacio creado acerca esta experiencia del mar, sus colores y texturas, se entrelazan con los platos que se sirven. La playa y el mar, con sus notas azules, el tono tostado de la arena y su fauna marina, se mezclan en la Taberna gallega de Marcos. El espacio se separa en tres ámbitos diferenciados, pero vinculados por un mismo leit motiv, el mar.
El espacio creado acerca esta experiencia del mar, sus colores y texturas, se entrelazan con los platos que se sirven
El acceso se destina a la zona de bar. Un bar con guiños a las olas marinas que se mueven bajo la brisa, y se aprecia en sus techos, que además sirven como elemento antireberberante para la acústica del local.
Una barra de bar toda ella de madera de nogal destonificada, como si de un barco antiguo se tratase acoge una vitrina repleta de tapas y un vivero de mariscos, que sumergen al cliente en un entorno donde disfrutar con los sentidos. Al fondo un telón de estanterías de madera de nogal con su fondo revestido de espejo, con unos montantes de madera de formas orgánicas, también recordando las formas de los barcos de pesca.
En el salón principal, el hilo conductor es el mismo, unos techos de madera retroiluminados y un pavimento porcelanico imitación madera son los componentes que abrazan las paredes, donde se replican cristaleras de madera pintadas en blanco y se conjugan encuentros con garidones de madera nogal repletos de decoraciones y atrezzo marino.
En la planta inferior, un salón donde el cliente puede reservar una o dos salas según el número de comensales que necesiten, este espacio posee un cerramiento de acordeón para poder acotar dicha sala.