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Desde Hostelería de España se comparte el objetivo final del Real Decreto 1055/2022 de 27 de diciembre, que regula con especial detalle múltiples cuestiones relacionadas con el régimen jurídico de los envases y sus residuos con el fin de prevenir y reducir su impacto sobre el medio ambiente. Según la asociación, “es evidente que la hostelería española tiene un fuerte compromiso con la acción climática, pero hay ciertos aspectos del Real Decreto que complican mucho la operativa y capacidad de actuación de las más de 300.000 empresas que componen la hostelería y que casi en un 95% son micropymes.”
Hostelería de España solicita “exenciones para avanzar y que se tenga en cuenta la naturaleza del servicio, así como el tamaño de la empresa, sobre todo en lo relativo a las pequeñas y medianas empresas”. Por ello, se considera necesario la aplicación de exenciones en las pequeñas y medianas empresas como una forma de crecer hacia prácticas más sostenibles que propone la normativa.
Hostelería de España solicita “exenciones para avanzar y que se tenga en cuenta la naturaleza del servicio, así como el tamaño de la empresa, sobre todo en lo relativo a las pequeñas y medianas empresas”
En lo referente a la responsabilidad ampliada del productor establecido en el ámbito de la Unión Europea, Hostelería de España aclara que “hay muchas empresas dentro del sector de hostelería que no realizan actividades de envasado y pueden ser consideradas como tal debido a la amplitud o generalización de las definiciones realizadas por el Real Decreto 155/2022 .Este espectro tan amplio produce que empresas pequeñas podrían estar sometidas a obligaciones que no pueden ni deben asumir, como, por ejemplo, el deber de inscripción en el Registro de Productores del Producto y la obligación de tener un régimen de responsabilidad colectiva o individual”.
La disposición establecida en el art. 15 del Real Decreto 1055/2022, párrafo segundo, relativo a los envasadores comerciales de menos de 50.000 kg, debería operar, según la asociación, como una exención en general para todo tipo de envasadores de inscripción en el Registro para todo tipo de envases, o, por lo menos, que en esos casos sean los fabricantes, importadores o adquirientes de esos envases los obligados a inscribirse. De esta forma, “se podría controlar de manera más eficiente y controlada la puesta en el mercado de envases, no trasladando la carga de información a pequeños comercios que apenas usan envases”, explican.
Hostelería de España está alineada con las posturas de distintas organizaciones empresariales, como CEOE, que defiende la necesidad de realizar un análisis de la norma estableciendo unos plazos que sean suficientes para que las empresas puedan adaptarse a los cambios, además de flexibilizar ciertas disposiciones para permitir que se cumpla con la normativa y reducir la carga burocrática, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas. “Los objetivos propuestos por la regulación europea deben estar basados en análisis de sostenibilidad y realmente se pruebe que proporcionarán beneficios claros para el medio ambiente”, destacan.
Asimismo, para que la transición sea lo menos complicada posible, se hace un llamamiento a la colaboración público-privado para empezar a implantar medidas que ayuden a las empresas a alcanzar los objetivos marcados, incluida la financiación, dado que hay recursos aplicables a sostenibilidad en los Fondos Next Generation.
Otras organizaciones empresariales como Hotrec, organismo que representa a la industria de la restauración en Europa, coincide en que se tenga en cuenta el contexto en el que opera el sector de hostelería, así como que las pequeñas empresas no serían capaces de adoptar los sistemas de reutilización por falta de financiación, recursos, tiempo, pero, sobre todo, personal.