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En su laboratorio, Resuinsa produce, controla y supervisa cada uno de los pasos de la cadena productiva: desde la entrada de la materia prima hasta la entrega del producto totalmente terminado al cliente. Así pues, se controlan todas las fases del proceso de producción: hilatura, tejeduría, tintura y acabado, corte y confección.
Es en el propio laboratorio donde se lleva a cabo el control de calidad tanto del hilo como del tejido a través de instrumental técnico específico. Se trabaja con aparatos para determinar la numeración de los hilos, tales como aspes, cuadrantes y balanzas de precisión.
Asimismo, el laboratorio cuenta con la última tecnología para precisar el grado de polimerización (GDP) de las prendas, distintos fricciómetros, entre ellos el Martindale que determina la formación o no de borrilla, pilling, a partir de unos determinados ciclos. Dispone de los torsiómetros adecuados para determinar la torsión, la retorsión y el potencial latente de torsión de los hilos; así como de dinamómetros para precisar la resistencia a la tracción y elasticidad de los hilos y tejidos, para valorar la irregularidad de la masa de un hilo, equipos electrónicos de regulación de masa y aparatos que determinan la fricción de los hilos y los tejidos.
También se aplican instrumentos relacionados con la vellosidad de los hilos, un parámetro clave, pues influye directamente en el aspecto del hilo, del tejido acabado, en la nitidez y en la suavidad o en la aspereza de una prenda. El laboratorio se completa con tecnología esencial como los espectrofotómetros, un aparato que mide tanto la cantidad de luz reflejada de un objeto de muestra como la cantidad de luz que es absorbida por el mismo. Así, su misión es percibir la diferencia de colores, lo cual resulta fundamental a la hora de diseñar textiles personalizados y únicos.
Resuinsa también incluye en su laboratorio máquinas como la Tin-control, para conocer la solidez de los colores de los tejidos; lavadoras y secadoras industriales, para realizar los ensayos de lavado y secado industrial, respectivamente; aparatos de planchado y calandrado para reproducir lo que sucede en una lavandería industrial; cabinas de luces, para detectar contaminaciones y deferencias de colores, y pantallas de repasado, para localizar posibles impurezas y fallos en el tejido.
Gracias a todos estos aparatos técnicos, los ensayos más habituales determinan desde la composición de fibras de algodón o lino mediante un microscopio, hasta la resistencia del hilo, el número de hilos por unidad de longitud, la afinidad del color, el grado de polimerización o la resistencia al rasgado, entre otras muchas acciones.