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La consultora de restauración Nextbite en su último informe presenta que los millennials son los que más solicitan el servicio delivery: un 71% pide comida para llevar cada semana. No obstante, el público adulto ha ido ganando peso y el 40% de las comandas mensuales las realizan mayores de 40 años.
Para que se lleve a cabo este servicio, este debe de acompañarse de un sistema optimizado de gestión de los canales de delivery. Uno de los requisitos que gran parte de los consumidores buscan, según Nextbite, es la velocidad de reparto. Un 77% de los encuestados indican la importancia de la velocidad en el reparto como factor determinante a la hora de escoger un restaurante. Para ello, la implementación de software como el de Last.app, la startup española dedicada a la creación de software para la gestión de restaurantes, es esencial, ya que permite simplificar el envío, mejorar la eficiencia y el margen de error, y por lo consiguiente, aumentar los ingresos. Mediante este sistema, ambos, restaurantes y clientes se benefician.
La suma de ventajas que ofrece esta distribución se refleja en el dinero gastado. Según la misma consultora, los pedidos de entrega a domicilio tienen una cesta mayor que los pedidos presencialmente en el establecimiento. En este contexto, la distribución del pedido se puede dar de dos formas: interna desde el mismo negocio de restauración, o bien externamente con la contratación de una empresa especializada en logística.
Los locales que disponen de servicio de entregas propio disponen del beneficio de controlar todo el proceso, se reducen los intermediarios y puedes gestionar la distribución completa, tanto el envío como la entrega. Las ventajas derivadas de un delivery propio también repercuten a nivel financiero. Dado que el negocio es interno, así lo son también los ingresos y estos restaurantes se ahorran el pagar las comisiones, los intermediarios. Esta estrategia concede una comunicación más fluida entre restaurante y clientes. Aun así, este modelo comporta una serie de desventajas derivadas de gestionar las entregas ellos mismos. “Se necesita un sistema de pedidos y pago online a desarrollar, la compra o alquiler de vehículos para el reparto-a los que cabe sumarles el gasto que generan- y un equipo de repartidores”, explican fuentes de Last.app.
Por otro lado, no es difícil encontrar negocios que optan por externalizar el servicio de entregas con empresas como Glovo, Uber Eats o Just Eat. Fuentes de Last.app previenen que esta opción también tiene sus ventajas e inconvenientes y deben tenerse en cuenta a la hora de definir el tipo de servicio de entrega de un negocio.
Estas plataformas encargadas disponen de unos clientes que acostumbran a recurrir a sus servicios y el restaurante disfruta de visibilidad en ese escaparate digital y de la opción de pagar telemáticamente. Además, este sistema puede ser muy práctico para expandir el negocio, dado que esa plataforma dispone de su público y clientes fieles, que gracias a estar presente en esta, no hubieran conocido ese restaurante. No obstante, el restaurante o local no ejerce el control total sobre todo su proceso de actividad y deriva el servicio de entrega a otro negocio. Debido a esto, el establecimiento debe pagar altas comisiones a terceros. En este caso, al contratar un servicio de entrega externo puede conllevar una pérdida de contacto con el consumidor.
Tanto sea de una manera u otra, el delivery seguirá ganando terreno en el mercado; y es que The NPD Group pronostica un aumento anual del 17% en las ventas de entrega hasta el año 2025. No cabe olvidar, como informan desde Last.app, que este crecimiento está altamente favorecido por las tecnologías desarrolladas y su aplicabilidad en el sector para analizar y calcular los costes, la inversión y las oportunidades que puede ofrecer cada uno de los servicios de entrega para que resulte el más adecuado a tu empresa; y así conseguir los objetivos marcados.