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Malasaña es un barrio referente madrileño de la moda retro y la cultura underground. En ese ambiente único, el estudio de interiorismo Cuarto Interior ha llevado a cabo el proyecto de diseño interior de doce apartamentos turísticos exclusivos para el Grupo Mante House.
El proyecto, que ha consistido en la transformación del histórico edificio de la calle del Barco número 25 en apartamentos turísticos, tiene por objetivo ofrecer “una alternativa de calidad a un tipo de huésped que busca un plus de diseño en sus largas estancias en la ciudad. Para ello, Cuarto Interior ha dado un giro a cada uno de estos apartamentos, dotándolos de un estilo distinguido, cosmopolita y vibrante que satisfará a los huéspedes más exigentes”, explican sus responsables.
Con algunas diferencias, todos los apartamentos guardan coherencia estética entre sí y se caracterizan por el uso de materiales nobles como la madera natural y el mármol, textiles cálidos aterciopelados, papeles pintados estilo años 70 combinados con paredes desnudas y una selección de reediciones de piezas de mobiliario de diseño del siglo XX, combinadas con otras de diseño contemporáneo.
La zona de día comprende cocina, salón y comedor en un mismo espacio. La escasez de metros cuadrados no ha sido un impedimento para ubicar en cada uno de los apartamentos una cocina pequeña, pero muy funcional.
Una atmósfera envolvente invita a la calma y sigue la actual tendencia por las formas curvas. En uno de los apartamentos, el sofá a ras de suelo, de formas sinuosas y redondeadas, en blanco roto y base en dorado dota al salón de una armonía suave y tranquilizadora; en consonancia con esta tendencia ‘bold’, completa el conjunto las mesas bajas redondas, con base de mármol y estructura de acero dorado.
En el comedor destacan las clásicas sillas diseñadas por Pierre Jeanneret en la década de los 50 para varias oficinas administrativas en Chandigarh (India). En uno de los apartamentos se han escogido en una versión reeditada en negro y rejilla marrón; en el otro, son de madera marrón con cojines aterciopelados en verde oliva.
La habitación nos traslada a los setentas gracias al ritmo colorido del papel pintado, en un patrón geométrico tricolor. El cabecero, tapizado en un tejido aterciopelado de una tonalidad teja, aporta calidez y confortabilidad al dormitorio.
Para los baños se ha utilizado una gama cromática en varios tonos grises, mediante un revestimiento porcelánico de Vives de varias piezas triangulares. El lavabo, sobre encimera rectangular, descansa en una estructura dorada. La grifería y el perfil de la mampara de ducha en negro contrastan lo necesario.