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Manero Marqués de Cubas abre en Madrid

El espacio, de casi 450 metros cuadrados, ha sido desarrollado por Lázaro Rosa-Violán
MARQUEÌ S DE CUBAS   BARRA BAR 06
Desde el exterior se predice el estilo ‘cozy’ y retro de los grandes cafés europeos en los que música, gastronomía, hedonismo y fiesta se entrelazaban.

Manero Marqués de Cubas abre en Madrid proponìendo una experiencia total en un espacio en con tres zonas: una gran área de barra y cocktail-bar, puro Bar Manero; un restaurante planteado como un bistró y caviar-bar mediterráneo e internacional; y un espacio Club Manero Dom Pérignon con barra, privados y hasta un karaoke.

El espacio, de casi 450 metros cuadrados, ha sido desarrollado por Lázaro Rosa-Violán de la mano de Raquel Giménez, de Apple Tart Interior Design. Pero, la nueva experiencia Manero Marqués de Cubas continúa más allá en el Club Manero Dom Pérignon, con una sala y barra de coctelería a media luz para las primeras copas, seguida de varios reservados para grupos.

Desde el exterior se predice el estilo ‘cozy’ y retro de los grandes cafés europeos en los que música, gastronomía, hedonismo y fiesta se entrelazaban y cuyo espíritu rescata ahora Manero Marqués de Cubas. En sus grandes ventanales, las lámparas antiguas de Manises con pantallas personalizadas de terciopelo y remate de borlas, se despliegan en distintos tamaños y formas creando una especie de instalación/exposición que capta la vista ya desde la calle.

El local propone una experiencia total en un espacio en con tres zonas: una gran área de barra y cocktail-bar, puro Bar Manero; un restaurante planteado como un bistró y caviar-bar mediterráneo e internacional; y un espacio Club Manero Dom Pérignon con barra, privados y hasta un karaoke

Los suelos están concebidos como mosaicos romanos hechos pieza a pieza in situ, con un patrón geométrico personalizado en mármol de Carrara y travertino rojo y un acabado antiguo. A ambos lados de la entrada, las dos barras cuadradas se rodean de reposapiés con soportes tallados a mano en latón con forma de león, un guiño al vecino edificio del Congreso de los Diputados.

Los taburetes de barra son un diseño exclusivo, tallados en madera y con asientos de piel y terciopelo. Los bancos perimetrales de esta zona de bar han sido ideados en madera de roble y tapizados con asientos en terciopelo verde. La barra más enfocada al picoteo ha sido forrada en su frontal y lado superior con mármol travertino rojo y zinc tallado. Por su parte, la barra de coctelería cuenta con un frente tallado en madera simulando racimos de uva. Al fondo, y entre ambas barras, un mueble antiguo parisino, perteneciente a una taquilla de teatro, restaurado y pintado a mano en tonos dorados, verdes y motivos florales, se transforma en cabina de DJ.

Un pasillo hace las veces de corredor hacia el bistrot y hall para los baños. En ellos no falta ese estilo deluxe vintage tan Manero (tampoco se olvidan las grabaciones de chistes de Chiquito de la Calzada ni el fotomatón, un clásico de la casa). Los visillos de algo tan tradicional español como el macramé (una recuperación de piezas textiles antiguas) han sido colocados en falsas ventanas que generan la iluminación de este pasillo. En el suelo, de nuevo, mosaicos romanos personalizados y paredes a modo de alfombras con cenefas de flores en color verde Guatemala son centrales.

El espacio es privatizable en zonas más pequeñas a través de cortinajes. Las columnas vestidas con cristal de murano en tonos dorados, bronces y ocres y la gran barra y bancada central funcionan como un escenario mientras que en los “palcos” (las mesitas de alrededor) se disfruta del showcooking y de un ir y venir de chefs, un espectáculo vivo, imparable y electrizante mientras suena el fabuloso piano de cola, como en los restaurantes con clase de antaño. Otra cortina separa este bistrot de la zona club, que se llena de telas personalizadas bordadas con motivos florales en tonos verdes.

Tras el rincón-homenaje a Julio Iglesias, pasada la barra, en el último reservado (el que se transforma en karaoke a demanda) destaca el color naranja y los 32 cuadros de atardeceres inspirados en la icónica obra de Turner que pretenden ser intervenidos puntualmente por artistas de la talla de Domingo Zapata.

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