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La casquería celebra la primera edición de su Día Mundial

La iniciativa se encuadra dentro de la estrategia “Alimentos de España” del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
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El año pasado se consumieron en España cerca de 29.500 toneladas de casquería por un valor de 184 millones de euros.

La casquería es de los pocos alimentos que no tenía su día internacional, a pesar de ser un producto de gran arraigo en la tradición culinaria española y en la memoria del paladar de muchos españoles. A esta situación ya se le ha puesto fin y el 30 de octubre se ha elegido Día Mundial de la Casquería, una iniciativa que viene avalada por las interprofesionales del sector cárnico -Asici, Avianza, Interovic, Interporc y Provacuno-, y cuenta con el respaldo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el marco de la estrategia “Alimentos de España”.

 Javi Estévez: “La casquería no solo nos transporta a recuerdos de la cocina tradicional, la de nuestras abuelas, sino que nos permite a los cocineros, elaborar platos de cocina de vanguardia, aprovechando su excelente sabor, sus texturas y las muchas posibilidades que nos ofrecen en los fogones; desde los deseados callos, las mollejitas o los patés de hígado, hasta las más modernas elaboraciones satisfacen los más exigentes paladares y además, son rica fuente de nutrientes para todos los estratos de sociedad”

Cocineros como Martín Berasategui, Enrique Casquero, David De Jorge (alias Robin Food), Miguel Durán, Javi Estévez, Pepa Muñoz o Juan Pozuelo se han unido para instaurar esta fecha. Propuesta que también ha sido secundada por asociaciones empresariales y profesionales del sector alimentario y cárnico.

En palabras del cocinero Javi Estévez, quien lidera la campaña en marcha “por y para” la casquería y uno de sus más fieles defensores: “La casquería no solo nos transporta a recuerdos de la cocina tradicional, la de nuestras abuelas, sino que nos permite a los cocineros, elaborar platos de cocina de vanguardia, aprovechando su excelente sabor, sus texturas y las muchas posibilidades que nos ofrecen en los fogones; desde los deseados callos, las mollejitas o los patés de hígado, hasta las más modernas elaboraciones satisfacen los más exigentes paladares y además, son rica fuente de nutrientes para todos los estratos de sociedad”.

Todo ello sin olvidar, que siempre ha estado presente en la cocina tradicional y en el recetario de toda la vida de los hogares españoles. “La casquería ha tenido sus ciclos, pero creo que ahora está más de moda que nunca”, asegura Fernando Díaz Arias, uno de los impulsores de este proyecto y quien elabora platos preparados a base de ella. “Somos una buena opción para disfrutar de estos productos sin tener que pasar horas y horas en la cocina. Solo calentar, servir y disfrutar”.

Sin embargo, la celebración no solo se ceñirá a este día. Bajo el eslogan “Un país de casquería” arranca una campaña para difundir y generar cultura en torno a este producto que forma parte del patrimonio gastronómico nacional y es todo ventajas. "Es rico, nutritivo, asequible y contribuye al desperdicio alimentario cero", según resaltan sus promotores.

La casquería se integra en una cadena alimentaria más eficiente y sostenible. Por un lado, encaja de lleno dentro del modelo de la economía circular pues permite aprovechar la práctica totalidad del animal, evitando que los subproductos acaben como residuos y maximizando los recursos existentes. Por otro, está estrechamente conectada con los modos de producción del ámbito rural que se han dirigido tradicionalmente al aprovechamiento integral del animal y a la producción a pequeña escala y a la autosuficiencia, cerrando los ciclos productivos con el fin de lograr el mayor rendimiento económico y nutricional de cada animal.

El propósito de la campaña es dar a conocer este producto a los más jóvenes y suplir la falta de relevo generacional en lo que al consumo de este producto se refiere. Las personas entre 18 y 35 años no han crecido en el hábito de consumo de estos productos, les resultan poco conocidos, y tampoco están familiarizados con sus sabores y preparaciones.

Poner en valor la relevancia del alimento

La casquería persigue varios objetivos clave que la posicionan como un producto fundamental en la alimentación y el cuidado del medio ambiente. En primer lugar, poner en valor la relevancia de este alimento en la pirámide nutricional de la dieta mediterránea, destacando su lugar único como fuente de nutrientes. Además, se busca subrayar su importancia dentro de una alimentación saludable debido a sus propiedades excepcionales, lo que invita a reconsiderar su papel en la cocina diaria. Finalmente, el objetivo es acercar la casquería a quienes aún no la conocen, mostrando sus múltiples beneficios y su contribución esencial al desperdicio cero, una ventaja crucial en los tiempos actuales.

La casquería tiene características que la hacen destacar entre otros productos. En primer lugar, su amplia gama de sabores, texturas y formas enriquece el paladar y abre un sinfín de posibilidades culinarias. A nivel nutricional, es una fuente poderosa de proteínas, vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales, elementos indispensables para el cuerpo. Además, es rica en colágeno, glicina y prolina, nutrientes que fortalecen los huesos, la piel y las articulaciones, promoviendo una salud integral.

Desde una perspectiva ecológica, la casquería ofrece un modelo de consumo que ayuda a reducir el desperdicio. Al aprovechar partes del animal que tradicionalmente se desechan, este producto contribuye a maximizar el uso de hasta el 90% de cada animal, minimizando así la generación de residuos.

Los últimos datos del Panel Anual de consumo en los hogares del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (2023) dicen que un 46,6% de los hogares españoles compró productos de casquería, frente al 42,9% del año anterior. Esto supone un incremento del 8%, en una línea en alza en los últimos años. Los españoles consumimos en 2023 cerca de 29.500 toneladas de casquería, por un valor de 184 millones de euros. La que más se consume es la de cerdo (13.000 toneladas), seguida de la de aves (7.000 toneladas) ternera (6.000 toneladas) y por último de la de cordero (1.700 toneladas).

Desde una perspectiva ecológica, la casquería ofrece un modelo de consumo que ayuda a reducir el desperdicio

El dato refleja el aumento del consumo de estos productos en España que bien podría deberse al creciente interés por la cocina sostenible en la que se inscribe, pero también a la labor desarrollada por reputados cocineros. Estos han incluido los productos de casquería en los menús de alta cocina, explorado nuevas formas de presentarlos y mejorando su aceptación

Los hogares que más casquería consumieron en 2023 fueron los formados por jubilados (40%), parejas adultas sin hijos (20,4%) y familias con hijos adultos (16,4%). A la cola se sitúan los jóvenes independientes (2,7%) y los adultos que viven solos (5,2%).

Apoyo del sector cárnico

En España hay más de 21.000 establecimientos tradicionales de carnicería y casquería, además de grandes superficies de alimentación y en los más de 230.000 locales de hostelería tanto bares y restaurantes que sirven comidas, en su inmensa mayoría incluyen prácticamente a diario en sus menús alguna especialidad casquera.

Tomás Rodríguez, director de Interovic, ha destacado sus cualidades nutritivas y de desperdicio cero, al tiempo que insistió en que es un tipo de alimento muy ligado a la cultura gastronómica española. “La tradicional cabeza de cordero es considerada por bastantes personas como una auténtica delicatessen”, ha asegurado.

Según Jesús Pérez de ASIC: “la casquería mantiene vivas las tradiciones ligadas a las zonas rurales y se convierte en fuente de generación de vida en entornos con riesgo de despoblación”.

Jordi Montfort, secretario general de Avianza, ha señalado que “la casquería avícola ha tenido y tiene un gran valor en España tanto desde el punto de vista gastronómico como cultural. Hay infinidad de platos de la cocina que emplean estos productos. Sin olvidar que la circularidad del sector se basa en aprovechar siempre todas las partes del pollo, pavo....a fin de no desperdiciar nada y sacarle el máximo partido con preparaciones como hígados encebollados, patas de pollo que pueden ir acompañando una sopa, etc”.

Alejandro Vicente, técnico de Interporc, comenta por su parte que “para nosotros el segmento de los despojos es muy importante. Por un lado, nos permite valorizar las exportaciones a determinados mercados exteriores como los asiáticos donde la cifra de exportaciones es muy significativa. Por otro lado, desde el punto de vista del consumo interior, la casquería es un producto a potenciar al inscribirse de lleno en la corriente del desperdicio cero y de sostenibilidad del sector”.

Y para José Ramón Godoy, gerente de Provacuno, “la casquería es fundamental para nuestro sector desde el punto de vista de los recursos, ya que permite que no perdamos dinero, sino que lo ganemos con la recuperación de éstos, y al tiempo, nos ayuda a adquirir prestigio fuera de nuestras fronteras, teniendo en cuenta que mucha casquería se exporta. Y desde el gastronómico, ni que decir lo versátil que es y el juego que da este producto, de cara a la elaboración tanto de platos tradicionales como de vanguardia en la alta cocina”.

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