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Sana Locura ha inaugurado su segundo establecimiento en Madrid, como parte de su expansión a nivel nacional. Situada en la calle Isaac Peral, 54, tiene un aforo de 62 personas, entre el interior y la terraza exterior, y reúne en un espacio de 150 metros cuadrados un amplio surtido de productos saludables para personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten.
La cadena, participada por Granier y Locura Panadera, se ha convertido en un punto de encuentro en el que los celíacos encuentran una carta, con hasta 21 opciones de pan -todos ellos de larga fermentación y elaborados con masa madre y harinas integrales- y creaciones de bollería dulce y salada, a los que se suman cafés y tés gourmets, batidos, smoothies y zumos. “Es fruto de la apuesta de crear algo auténtico, basado en el buen hacer de nuestros maestros panaderos y pasteleros a la hora de producir productos libres de gluten sabrosos para un consumidor muy definido, como es el colectivo celíaco, aunque también atrae a muchas personas que se preocupan por su bienestar y han decidido reducir la ingesta de ingredientes como la fructosa, la lactosa y el propio gluten”, subraya Fermín Sanz, director gerente de Sana Locura.
Sana Locura, que actualmente cuenta con establecimientos franquiciados en Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Canarias y Andalucía, se posiciona en el mercado como un espacio gastronómico referente en el concepto ‘gluten free’, un punto de encuentro en el que celíacos y no celíacos encontrarán productos tradicionales e innovadores sin gluten a un precio competitivo.
Fermín Sanz: “Para todo celíaco es clave no ingerir productos sin gluten porque afecta a algo vital, que es su salud, y su cesta de la compra supera en más de 1.000 euros al año a la de personas que no sufren la enfermedad"
Como explica Fermín Sanz, implica una serie de retos para ellos en su vida diaria: “Para todo celíaco es clave no ingerir productos sin gluten porque afecta a algo vital, que es su salud, y su cesta de la compra supera en más de 1.000 euros al año a la de personas que no sufren la enfermedad. También puede afectar a su vida social porque una de las experiencias más complicadas para una persona celíaca puede ser salir a comer fuera de casa, participar en eventos y celebraciones, y, en numerosas ocasiones, se han acostumbrado a la idea de que nunca probarán ciertos sabores”, subraya.
Los establecimientos la marca cuentan con el sello de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (Face), que garantiza que sus productos no llevan gluten y el cumplimiento de las buenas prácticas de control y calidad, así como la formación de sus empleados en la manipulación y manejo de los ingredientes con rigurosidad.