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Quickchef ha llegado a los 20 años ofreciendo soluciones para encarar los retos actuales que plantea el mundo de la hostelería. Está especializada en productos de 5ª gama, precocinados o semielaborados que se presentan envasados y están a punto para ser consumidos después de un proceso rápido de regeneración. Esta categoría de alimentos y su proceso de producción presentan ventajas para cubrir las necesidades como por ejemplo optimizar los procesos de cocina, la profesionalización del personal y el control de los gastos cada vez más elevados por lo que se refiere a la energía, tiempo y materias primeras.
Quickchef está ubicado en Reus, en unas instalaciones de 3.6000 metros cuadrados y equipadas con la última tecnología. La 5ª gama, cada vez más popular, se caracteriza porque el alimento está preparado y a punto para ser consumido, no se le ha añadido ningún conservante y mantiene sus propiedades originales, los nutrientes y el sabor. Para conseguirlo, se utilizan procesos de elaboración tradicional y al mismo tiempo técnicas más modernas como la pasteurización y la cocción a baja temperatura. A partir de esta línea de negocio, Quickchef encuentra soluciones a los problemas y retos derivados del contexto actual del sector de la hostelería, cada vez más competitivo y con la creciente necesidad de adaptarse a las expectativas de los clientes, que buscan experiencias gastronómicas únicas y personalizadas.
Actualmente, Quickchef dispone de una plantilla formada por 22 trabajadores, una cifra que aumenta hasta las 31 personas durante la temporada alta. La previsión para este año es que produzca 612.573 kg de comida. Sirve en España y también en Portugal. Trabaja con varias cadenas hoteleras, llegando a 108 puntos directos durante el año 2022, y también sirve a proveedores.
Eva Sáez, directora adjunta de Quickchef, hace una valoración positiva del crecimiento de la empresa y también de la evolución de los alimentos de quinta gama. “Su percepción ha ido cambiando con el paso del tiempo. Al principio, el sector de la restauración lo consideraba como una amenaza y se creía que el producto no era de calidad, pero ahora se ha visto que puede resolver varios problemas que hay en la cocina y en muchos casos estos productos se entienden como una gran solución”, dice. Gracias a la “experiencia” adquirida durante “un largo tiempo”, asegura que este año será el de la “recuperación” de la empresa, que tiene como objetivo “ampliar nuestra presencia en el mercado, ofreciendo más soluciones”.
Quickchef llega a los 20 años y lo hace obteniendo la certificación FSSC 22000, la cuarta que ha recibido a lo largo de las dos últimas décadas. Se trata de una de las normas más relevantes del sector y está reconocida a nivel internacional por la GFSI (Global Food Safety Initiative), una coalición a nivel mundial que trabaja para supervisar los estandartes de seguridad alimentaria en empresas y ayudar a proporcionar el acceso a alimentos seguros para las personas de todo el mundo. La FSCC 22000 certifica la correcta gestión por lo que se refiere a la seguridad en las industrias agroalimentarias y los fabricantes de envases para alimentos, subrayando la inocuidad de sus productos.
Quickchef procesa y sirve una gran variedad de comidas, frías y calientes, por lo que extremado las precauciones en los controles y la higiene hasta el punto de obtener una certificación que conlleva varias ventajas. La compañía ha ganado competitividad en los mercados internacionales porque las grandes cadenas avalan el criterio de la GFSI, se ha optimizado la cadena de suministro y los productos finales son mucho más seguros, se reduce el riesgo de error, las pérdidas económicas son menores y el rendimiento interno de los trabajadores ha mejorado.
En 2004 obtuvo su primer reconocimiento al trabajo bien hecho con la norma ISO 9001:2015, que certifica los elementos de administración de calidad que una organización ha de disponer para contar con un sistema lo suficiente efectivo como para administrar y mejorar sus productos y servicios. En 2006, con la ISO 22000:2018, se convirtió en una de las primeras empresas del sector en recibir esta certificación en seguridad alimentaria. Se trata de una norma internacional que define los requisitos que son necesarios para asegurar la inocuidad de los alimentos durante toda la cadena: desde la granja hasta la nevera. En 2018, tras un proyecto de I+D en el campo de la alimentación infantil, la compañía recibió la certificación ecológica CCPAE, garantizando de este modo que dispone de la capacidad de fabricar productos que sigan los estandartes de la agricultura ecológica. Fue a partir de ese momento que la empresa de Reus decidió diversificar su negocio, abriendo la puerta a producir para terceros.