El restaurante argentino Fayer aterriza en Madrid con una carta que logra aunar las recetas israelíes con los cortes de carne argentina a la parrilla, reflejando todos los sabores característicos de estos dos destinos tan lejanos.

Además, ubicado en la céntrica calle Orfila de la capital, el espacio muestra un interiorismo sofisticado y contemporáneo, sobrio pero acogedor al mismo tiempo, con protagonismo de elementos arquitectónicos y materiales como el Travertino o Piedra de Jerusalén, y cálidos, como la madera trabajada en un bando central ovalado.

El restaurante cuenta con dos zonas diferenciadas. Nada más cruzar la puerta, lo primero que destaca es su barra, con ambiente más informal para picar algo, comer o tomar unas copas. Sin embargo, al bajar las escaleras, se encuentra el área del restaurante, un salón que da servicio a 65 comensales, y que dispone al fondo de un reservado más íntimo pensado para diez personas.

El restaurante cuenta con dos zonas, su barra con un ambiente más informal para picar algo, y el área del restaurante, un salón que da servicio a 65 comensales

Hay que señalar que tanto la cocina de Madrid como la de Buenos Aires está liderada por el chef Mariano Muñoz, conocedor de las recetas israelíes tradicionales y amante, como buen argentino, de la parrilla.

Así, y a modo de entrantes, la carta ofrece el Hummus clásico; el Falafel servido con salsa tahina y lebaneh; el Lajmayin, una masa fina al horno con ternera especiada, tomate y tamarindos; el Carpaccio Kubenia, realizado con solomillo y bulgur crujiente; y el Khachapuri, un plato típico georgiano muy consumido en Israel a base de masa crujiente con queso de cabra y huevo.

En el apartado de parrilla, se encuentran los cortes argentinos como el Ojo de bife con chimichurri levantino o la Entraña con salsa criolla y, también, la Molleja ahumada con Ras el hanout. Aunque el protagonista de la carta Fayer es el Pastrón con hueso. Se trata de su plato icónico preparado con un costillar de novillo curado durante diez días en una mezcla de sal, azúcar y 13 especias. La pieza está ahumada en frío durante ocho horas y, finalmente, cocinada al vacío a baja temperatura durante 24 horas.

La carta culmina con una parte dulce, en la que también conviven ambas culturas y en la que destaca el Baklawa, un postre representativo de la gastronomía Israelí hecha con láminas de masa filo rellenas con crema pastelera y frutos secos; y el Panqueque con dulce de leche Fayer.

Muchos de estos platos estarán disponibles durante todo el día en la zona de la entrada. Además, la carta de la barra también incluye los sándwiches de Falafel en pan pita y el de Pastrón en pan integral con kummel, ambos acompañados de patatas fritas.

Por último, cabe mencionar que, para este proyecto, ubicado en el barrio de Chamberí, el grupo ha elegido a un equipo de profesionales que les ha ayudado a dar vida a las de los socios fundadores. Entre ellos, destaca Alejandra Pombo, arquitecta encargada de dar forma al espacio; el sello Ansón&Bonet, encargado de la consultoría gastronómica; Julieta Barrionuevo, Project Manager; el estudio de branding Suizo-Argentino Remolino; y la constructora responsable de la obra, GyC Espacios.