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Grupo Saona, empresa de restauración valenciana con presencia a nivel nacional, prosigue sus planes de expansión con la apertura de Tagomago NH Lagasca, un nuevo restaurante ubicado en pleno Barrio de Salamanca, concretamente en el interior del hotel cuatro estrellas. Este nuevo espacio tiene una capacidad para albergar a más de 100 comensales y su propuesta de valor sigue residiendo en ofrecer una gran relación calidad/precio y un interiorismo a través de recetas mediterráneas, fiel al ADN del grupo de restauración, pero aportando toques de fusión que integran diferentes sabores y cultural del mundo.
El nuevo Tagomago NH Lagasca es el segundo establecimiento que la compañía opera bajo esta marca en Madrid y representa un impulso para su presencia en la región madrileña, donde ya cuenta con una sólida red de restaurantes Saona. A nivel nacional, esta apertura representa el restaurante número 59 del grupo, contando con 55 restaurantes Saona, 1 restaurante Turqueta y 3 restaurantes Tagomago.
Eduardo Céspedes: “Esta apertura en Madrid es fruto de la buena acogida que ha tenido Tagomago en la capital, y representa el enorme potencial de crecimiento que nuestro concepto gastronómico tiene entre clientes. Nuestro objetivo es continuar ampliando nuestra propuesta y conseguir llegar cada día a un público más amplio”
Eduardo Céspedes, CEO de Grupo Saona, explica que “esta apertura en Madrid es fruto de la buena acogida que ha tenido Tagomago en la capital, y representa el enorme potencial de crecimiento que nuestro concepto gastronómico tiene entre clientes. Nuestro objetivo es continuar ampliando nuestra propuesta y conseguir llegar cada día a un público más amplio”.
El local que alberga el nuevo Tagomago dispone de 315 metros cuadrados divididos en dos salas muy diferenciadas en tamaño y características. La sala de menores dimensiones acoge el acceso al local, tanto desde la calle como desde el lobby del hotel, y está bañada por la luz natural gracias a la fachada acristalada. Este espacio se conecta con el de mayor dimensión a través de un conjunto de celosías, típicamente mediterráneas, reinterpretadas para este proyecto.
Para simular el viento y las olas del mar sobre la arena de la playa se ha modelado, redondeando y suavizado esquinas, pilares, muretes, paredes y hornacinas. Estas formas orgánicas se han combinado con materiales nobles y cálidos de origen mediterráneo como la caliza, el mármol y la madera de nogal, combinados con mortero y pintura a la cal en tonos blanco roto y arena para generar una marcada estética setentera y depurada. Se suman al interiorismo piezas de mobiliario tapizadas en tonos azules índigo con tonalidades arena para aportar la nota de color.