Anantara continúa su expansión por Europa dando nueva vida a un Convento de los Capuchinos del siglo XIII ubicado en Italia. Tras un trabajo de restauración y renovación, Anantara Convento di Amalfi Grand Hotel abre oficialmente sus puertas, y da la bienvenida a sus huéspedes con vistas a la Costa Amalfitana, habitaciones y suites renovadas con una propuesta decorativa inspirada en su historia, y un concepto gastronómico, que completa con su Anantara spa de piedra caliza.

A tan 15 minutos a pie del centro de Amalfi y a poco más de una hora del aeropuerto internacional de Nápoles, la restauración del hotel se ha llevado a cabo cuidadosamente para conservar elementos históricos del convento, como los claustros ornamentados y una iglesia barroca con altar de mármol y suelo de mayólica. Además, la fachada conserva los materiales originales y sus colores arena. El diseño interior se inspira en la vida sencilla y artesanal del convento, está protagonizado por materiales naturales como maderas, pieles, fibras y metales preciosos que se combinan con detalles propios de la firma Anantara. 

Las 52 habitaciones y suites del hotel -muchas de las cuales fueron las dependencias originales de los monjes del convento- conservan los azulejos originales y techos abovedados, así como las paredes encaladas.

Anantara Spa cuenta con tres salas especialmente diseñadas para que expertos terapeutas realicen tratamientos de bienestar y belleza, como el masaje Convento Di Amalfi basado en aceites de cítricos para refrescar y rejuvenecer piel. Además, cuenta con un centro de fitness al aire libre, totalmente equipado con maquinaria de TechnoGym.

En Dei Cappucinni, el chef ejecutivo Claudio Lanuto introduce un concepto de cocina conventual en el que los ingredientes frescos de temporada, cultivados en el jardín del propio convento, protagonizarán los platos a la carta inspirados en los monjes además se han diseñado menús de degustación. 

En la Locanda della Canonica Pizzeria by Gino Sorbillo, el maestro pizzero invita a los comensales a degustar los sabores de la región, con ocho pizzas de autor donde encontramos productos autóctonos como las anchoas de Cetara y el provolone de Mónaco de producción local, la mozzarella y la ricota de Agerola.

Además, las experiencias culinarias del hotel incluyen clases de cocina en un limonar o un recorrido por un viñedo histórico y una gran variedad de degustaciones; y para las parejas que quieran un menú personalizado, pueden disfrutar de la experiencia Dining by Design.