Opinión

"Cómo los hosteleros pueden usar la luz UVC de manera segura y efectiva para desinfectar sus espacios"

​La opinión de Brent Peckover, Director de Aplicaciones Industriales de Christie Digital
Brent Peckover
Brent Peckover es Director de Aplicaciones Industriales de Christie Digital.

A lo largo de la pandemia, reducir el riesgo de propagación viral ha sido el quid de la cuestión y la necesidad de defenderse contra la transmisión de infecciones ha adquirido un nuevo nivel de importancia.

Como estamos viendo en todo el mundo, las nuevas variantes hacen que sea crucial adoptar prácticas de higiene y tecnologías de desinfección para combatir la propagación de patógenos.

Los virus y las bacterias, también conocidos como patógenos, pueden existir en el aire y en las superficies. Por lo tanto, los responsables de las instalaciones hosteleras deben implementar estrategias y tecnologías que aborden ambas áreas para mejorar la seguridad de sus espacios.

Dado que las enfermedades transmitidas por el aire son más difíciles de controlar que las transmitidas por la superficie, puede resultar un desafío abordar la propagación de contaminantes invisibles, como bacterias y virus. La limpieza manual constante tiene sus limitaciones: sus efectos son solo temporales, solo en las superficies, y muchas veces no es posible cuando ya hay personas presentes en un lugar.

Con la propagación del SARS-Cov-2, el virus que causa el Covid-19, muchas opciones afirman ser capaces de combatir los patógenos en el aire, incluidos dispositivos como ionizadores, emisores de ozono y peróxido de hidrógeno, pero ninguna de esas tecnologías ha sido probada para inactivar patógenos y se desconocen los efectos a largo plazo de las mismas.

Sin embargo, existe una tecnología que se ha probado exhaustivamente y ha demostrado ser eficaz para garantizar la seguridad: la desinfección con luz UVC (ultravioleta).

La gran eficacia de la luz ultravioleta como desinfectante para reducir patógenos en interiores se conoce desde hace muchos años. Son muchas las empresas e instituciones públicas que llevan tiempo utilizando luz UVC germicida para detener la expansión de todo tipo de virus. El principal inconveniente de la mayor parte de productos con tecnología UVC es que emplean una longitud de onda de 254 nanómetros (nm), que puede atravesar la piel y el ojo humanos, lo que implica que esos germicidas solo se empleen sin presencia humana o ante personas ataviadas con equipos de protección personal (EPI). Esos inconvenientes limitan el uso de esos dispositivos y su incorporación a espacios interiores ocupados por personas.

Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Kobe y publicado en agosto de 2020 ha llegado a la conclusión de que, por su longitud de onda más corta, la luz de radiación ultravioleta lejana (far-UVC) de 222nm no atraviesa la piel, pudiendo, por tanto, ser utilizada en presencia de personas. Otro estudio reciente publicado en el “American Journal of Infection Control” muestra que la luz far-UVC de 222nm puede reducir de manera efectiva más del 99,7% de la contaminación en superficies del coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2).

Investigadores del Irving Medical Center de la Universidad de Columbia han realizado también tests con luz far-UVC de 222nm para estudiar su efecto específico en coronavirus estacionales transmitidos por aerosoles (causantes de los resfriados comunes). Un artículo científico publicado por este grupo en junio de 2020 en la revista Nature confirma que, expuestos durante tan solo 25 minutos a una luz far-UVC de 222nm, un 99,9% de los coronavirus estacionales de transmisión por aerosoles quedaban inactivados.

Los hallazgos de esos estudios sugieren que la luz far-UVC de 222nm filtrada pueden funcionar ininterrumpidamente en presencia de personas, lo que supone una importantísima mejora frente a la tradicional limpieza manual, que exige la presencia de limpiadores profesionales y el uso repetido de productos químicos tóxicos con resultados efímeros.

Con todo el potencial de la desinfección por luz UVC ahora disponible para los hosteleros que tienen la responsabilidad de mantener seguras las instalaciones para sus clientes, ¿qué deberían buscar estos profesionales en un producto de desinfección por luz UVC?

Todo se reduce a la seguridad y hay tres factores principales al decidir qué producto UVC comprar.

En primer lugar, cualquier producto que se considere para una instalación debe incluir luz de 222nm, ya que tiene la ventaja de favorecer la desinfección de superficies en espacios ocupados.

En segundo lugar, hay que asegurarse de que cualquier luz de 222nm que entre en los espacios ocupados tenga un filtro probado que atenúe las dañinas longitudes de onda más largas de 230nm y mayores.

Y tercero, es fundamental verificar que un producto haya pasado los tres tipos de normas de seguridad requeridas por UL8802, que incluyen seguridad eléctrica, cumplimiento fotobiológico y pruebas de seguridad de control.

Con esos requisitos de seguridad cumplidos, los responsables de las instalaciones hosteleras pueden aprovechar el inmenso poder de desinfección de la luz UVC de 222nm para mantener sus espacios y todos los que pasan por ellos más seguros.

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Brent Peckover

Brent Peckover es el director de Aplicaciones Industriales de Christie Digital y su trabajo se centra en lanzar ideas innovadoras fuera de los mercados y aplicaciones tradicionales. Está a cargo de las actividades de diseño y desarrollo de Christie® CounterAct™, el dispositivo de desinfección ultravioleta comercial patentado Care222®. Peckover tiene más de 20 años de experiencia en el diseño, desarrollo e instalación de una variedad de sistemas para clientes de todo el mundo.

Como ingeniero aeroespacial de formación, está acostumbrado a trabajar en distintas disciplinas técnicas en proyectos que se benefician del modelado numérico. Mientras trabajó en CounterAct durante los últimos dos años, Brent obtuvo información sobre cómo la luz UVC desinfecta las superficies y el aire, además de comprender el proceso en el que la luz UVC inactiva las bacterias y los virus a un nivel genérico. Con estos conocimientos, ha creado modelos de cobertura para determinar el espacio y el uso óptimos de CounterAct en las instalaciones, así como modelos de inactivación para estimar la eficacia de la desinfección dentro de estos espacios cerrados.

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