Revista
Me dirijo a ustedes en el inicio de mi último año como secretario general de la OMT, un puesto que he tenido el privilegio de ostentar durante casi siete años en un Organismo en el que he prestado servicio con orgullo desde hace una década.
En este período he visto cómo el turismo se ha convertido en uno de los sectores socioeconómicos más importantes y con mayor repercusión de nuestro tiempo. He sido testigo de una influencia que ha ido cobrando importancia en la vida de millones de personas en todo el mundo, en la conservación de los valores de la Humanidad y ha servido para promover el entendimiento entre personas de toda clase y condición.
He presenciado que el compromiso de la comunidad internacional se ha redoblado, y que muchos países se han dado cuenta del potencial del sector turístico para convertirse en un pilar del desarrollo. Este compromiso ha quedado reflejado en la inclusión del turismo en los 17 Objetivos universales de Desarrollo Sostenible adoptados por 193 naciones en 2015.
Viajar nos hace entender, tolerar y empatizar mejor con los demás, lo que resulta esencial en la era de la globalización, en la que la aldea global solo puede prosperar a través de una convivencia armoniosa
Y, para terminar, tengo el honor y el placer de celebrar el 2017 como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. La decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de dedicar el 2017 a la contribuición del turismo al crecimiento sostenible e inclusivo no ha sido casualidad. No en vano, cada vez se reconoce más el papel de nuestro sector para conseguir que el mundo sea un lugar mejor.
Este año tenemos una oportunidad única para demostrar que el turismo puede ayudarnos a alcanzar el futuro que queremos, y para determinar - juntos - qué lugar queremos que ocupe en la agenda para el desarrollo sostenible hasta 2030 y más allá de este año. Naturalmente, nuestro sector sigue teniendo que hacer frente a innumerables retos.
Dicho lo anterior, si hay algo que siempre recordaré de mi etapa en este sector tan fascinante y enriquecedor, es que el turismo es el sector de la esperanza. No sólo es una de las actividades económicas de mayor resiliencia, sino que consigue unir a personas de entornos, culturas y continentes distintos a diario. Viajar nos hace entender, tolerar y empatizar mejor con los demás, lo que resulta esencial en la era de la globalización, en la que la aldea global solo puede prosperar a través de una convivencia armoniosa.
La inmensa esperanza que el turismo supone debe inspirarnos para actuar en pos del bien de la humanidad y del planeta. Juntos podemos hacer posible el cambio que queremos ver. Recordemos que, hagamos lo que hagamos en la vida, nuestro principal objetivo es construir un mundo mejor.
Les deseo un felicísimo Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarollo en 2017.