La compañía La Mediterránea ha iniciado su andadura bajo el modelo de franquicias. La marca propone un modelo de negocio con base en la tradición gastronómica española y con el arroz como producto estrella.

De esta forma, y bajo el lema “El Sabor de España”, la enseña apuesta por una carta que alberga platos propios de la gastronomía española, con propuestas para todos los gustos, en la que destaca una variedad de arroces cocinados según las recetas y tradiciones valencianas.

El primer restaurante de la enseña abrió sus puertas en 2015, en la isla de Formentera. Fue allí donde su propuesta comenzó a tener una buena acogida, de tal forma que sus fundadores, Antonio Posillipo y Pilar Jorcano, tomaron la decisión de comenzar a franquiciar su modelo de negocio, objetivo en lo que van a trabajar este año.

Cabe mencionar, además, que La Mediterránea es poseedora del sello de calidad concedido por el Consejo Regulador de la denominación de origen “Arroz de Valencia”, un distintivo con el que contarán todos sus restaurantes, los cuales suelen caracterizarse por emplear tonos azules y blancos, así como muebles en madera clara, creando un ambiente inspirado en las barracas valencianas.

Un concepto rentable

Entre las principales ventajas competitivas de la cadena se encuentra el éxito de su marca, el rápido retorno de la inversión y la fácil implantación del modelo de negocio. Además, los franquiciados recibirán formación inicial y asesoramiento continuo por parte de la central.

El perfil de franquiciado que busca la compañía es el de personas con gusto por la restauración, dispuestas a implicarse directamente en la gestión del negocio. Respecto a las condiciones económicas, la marca propone una inversión inicial desde 102.000 euros, un canon de entrada de 18.000 y un royalty de un 5%.